viernes, junio 20

Pero hoy, la lucha....


Mañana, para los jóvenes,
estallarán como bombas los poetas,
los paseos por el lago, las semanas de perfecta armonía.
Mañana, los paseos en bicicleta por
las afueras en las tardes de verano. Pero hoy, la lucha…

W.H. Auden, 1937


Los héroes se definen –entre otras cosas- por la existencia de un villano. Si hay muchos héroes, entonces habrá también muchos villanos. Los héroes luchan, normalmente, por principios de justicia extensibles a otros y otras que no cuentan con los medios ni las circunstancias para el desarrollo de la Lucha. Y la lucha es un conjunto creativo y libertario de manifestaciones –violentas y no violentas, no hay exclusión a priori- que buscan alcanzar un objetivo definido colectivamente y que se entiende mejorará las condiciones de ese colectivo.

Entre los héroes y los villanos, están aquellos que mañana serán despreciados, cuyos nombres nadie recordará porque nadie recuerda el nombre de los que titubean, de los que se resisten cobardemente (en el entendido que hay formas de resistencia que son valientes y también muy dignas). Nadie recuerda luego el nombre de los que desvirtúan, de los que en uso del poder, actúan como sicarios de los sueños jóvenes, de los que amenazan detrás de una falsa sonrisa, de los que citan a sus oficinas para interpretar ahí el papel vil que les tocó en estos días: desafiantes en su actitud patronal, no se diferencian en nada de los que juran un día ellos mismos combatieron. Serán también un borroso recuerdo, quienes con la careta del progresismo le dicen que si a los jóvenes cuando en verdad les están diciendo que no. Son quienes le dicen a los jóvenes que la rebeldía es inconducente, que el orden lo es todo y “que corresponde en un Estado democrático al poder legislativo aprobar las leyes después de un debate claro e informado”, como si tal cosa significara algo en Chile. Y son, por cierto, los mismos que consideran que “la situación que se vive es muy distinta a la vivida en Mayo del 2006 cuando había mayores claridades y simpatía de toda la comunidad frente a los requerimientos de los estudiantes”. Los autonomistas sabemos que las movilizaciones, que los cambios sociales, políticos e institucionales detrás de este movimiento, no solo no son un concurso que busca captar desesperadamente las simpatías mediáticas, sabemos también que dos años después, la dirigencia estudiantil ha cambiado y que este cambio ha traído madurez al movimiento. Detrás de los rostros nuevos está la demanda intacta. Detrás de las negociaciones en nombre de todos sigue la juventud declarada en rebeldía rechazando su condición de mercancía.

La vigilancia rasca, el celo terco por la institucionalidad y la normalidad hace que esta democracia siga siendo recurso básicamente de utilería. Los autonomistas sabemos que el poder no es un abstracto, sabemos que se trata de una relación y una construcción social que surge potente desde las bases. Los autonomistas sabemos que esta democracia se quedó sin pueblo y es hoy un segmento de ese pueblo el que dice presente y toma alegre su lugar en la Historia. Pero quienes viven hoy en función de los espejismos que les ofrece el mercado, preocupados por el calendario escolar, por las vacaciones de invierno y la recuperación de clases están viendo todos los días un montón de arbustos molestos donde en verdad hay un bosque frondoso, organizado y conciente. Un lienzo hermoso, de mala letra, colgado en el frontis de una escuela tomada dice "CREALE A SU HIJO, NO LE CREA A LA TV".

Hay cosas que no son de izquierda, hay cosas que no son de centro, hay cosas que tampoco son de derecha…con algunas interrupciones, la revolución por una educación decente sigue en marcha.



Carlos!
Con la cachativa intacta...

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