lunes, noviembre 26

La Escuela Santa María... en Toma.


Entre tanta modernidad y lobo con piel de oveja, de vez en cuando se siente aún la mirada penetrante y cristalina del pobre que desde su pobreza define la vida entre lo que va a comer y lo que no en las próximas horas. Un niño puede ser teóricamente responsable de no comerse toda la comida, pero el ministro lameculo del FMI tiene la capacidad de definir si en la casa de ese niño habrá o no algo qué para comer.

Más de tres décadas después de quebradas las ilusiones de las o los trabajadores y de todos los pueblos de la República, finalmente los poderosos sienten el alivio de los privilegios consolidados otra vez por mano ajena. Y celebran seguido en Casa Piedra, la Moneda Chica como también le llaman. La Patria prometida a todos y todas vuelve a ser slogan simple y también consigna para los acumuladores de Capital. La Patria, esa que era de todos y de todas, vuelve a ser transnacionalizada y tranzada en miles de pequeños fragmentos llamadas acciones.

De vez en cuando y muchas veces de noche, la mirada cristalina del hambre se pierde entre las luces de las vitrinas que nos ofrecen todo aquello que en verdad no necesitamos, pagado en numerosas y cómodas cuotas para que el dueño del Capital se tome las buenas vacaciones siempre lejos de la patria que vende como propia.

De vez en cuando, especialmente ahora que la fragilidad de la memoria pareciera definir la esencia misma de nuestra identidad, un pequeño acontecimiento, un hecho aislado, un gesto o una simbólica acción, nos recuerdan la manera triste en que se construyó décadas atrás esto que llamamos ilusamente nuestro país. Ayer, un puñado de obreros se ha tomado la escuela Santa María de Iquique, sí, la misma, la de la Patria desangrada, la de los rostros del terror, la de la muerte danzando entre los cuerpos acribillados de obreros hombres y mujeres y de obreros también niños y niñas... chilenos, peruanos y bolivianos.

Ayer domingo, surge desde Iquique un comunicado desde la Escuela Santa María, TOMADA, que en parte señala lo siguiente:

“Los trabajadores Mineros de la empresa Cosayach se tomaron las escuela santa maría, la medida de
los trabajadores en tomarse tan emblemática escuela, es por el nulo resultado del proceso de
negociación que se inicio con el sindicato de esta empresa, el dirigente sindical Mauro Grimaldos
que esta a la cabeza de esta movilización esta confiado en los resultados que surgirán ya que tiene
en jaque al gobierno regional.

Frente a esta situación el gobierno Regional encabezado por el intendente, la municipalidad
encabezado por su alcalde y la fuerza de orden publica carabineros de chile, pidieron ayuda
de fuerzas especiales a las dos ciudades más cercanas de Iquique, según fuentes extraoficiales
estos dos batallones armados vendrían viajando con el único objetivo de desalojar a los
huelguistas, esta escuela tiene que estar preparada para recibir a la primera autoridad de chile
y ha una distinguida elite de senadores y diputados, todo tiene que estar preparado para el
gran día de la celebración de los cien años de las muertes de los trabajadores Mineros,
es por este motivo que las autoridades regionales tienen que utilizar todas sus mejores estrategias
para resolver el problema que surge en esta ciudad”.

NO es la escuela Santa María lugar correcto para una presidenta, su lugar correcto ha sido y seguirá
siendo por mucho rato Casa Piedra. NO son los trabajadores y los pobres en general los interlocutores
de la presidenta, lo son y lo seguirán siendo por largo rato los empresarios.

Una parte importante del proyecto histórico de los pobres nació en la escuela Santa María cuando muchos y muchas morían. Cien años después, los partidos populares que emergen de esas históricas luchas no son más que estructuras de acomodo serviles al poder, celosos de mantener sus granjerías unos, y sedientos de entrar al club más elitista de todos: el Parlamento, los otros.

¿Y los trabajadores? ¡¡¡Que se caguen!!!


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